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La historia del revolucionario tratamiento de Botox, conocida como la toxina botulínica, su aparición fue una revolución en el mundo de la cirugía plástica. Es una técnica que se usa para mitigar los signos del envejecimiento, eliminar el sudor y reducir las líneas de expresión, el cual lo han convertido en el procedimiento medico estético más demandado en los centros de estética.
La aparición de la toxina botulínica se remonta al siglo XIX, cuando en 1895. fue descubierta por el bacteriólogo Belga Émile Van Ermengem, profesor en la Universidad de Gante. Esta bacteria era la responsable de fabricar una proteína que provocaba la más poderosa sustancia neurotóxica conocida. En la década de 1920, la toxina botulínica de tipo A es aislada de forma purificada por el Doctor H. Sommer de la Universidad de California. Y en 1946, El Doctor Edward J. Schantz de la Universidad de Wisconsin, consigue aislar la toxina de forma cristalina. En 1950, el Doctor Vernon Brooks demuestra que la toxina bloquea la liberación de acetilcolina en las neuronas motoras lo que produce la relajación del musculo.
La inyección de Botox en el rostro provoca debilidad en los músculos faciales, hacen que al relajarse hacen que el movimiento de la zona se reduzca. Gracias a esto, las arrugas de expresión producidas en las zonas se atenúan o desaparecen, dejando un rostro liso y relajado. Se puede decir que así el Botox se ha convertido en unos de los descubrimientos más destacados en el mundo de la estética.
Se dice que hasta la década de los 70 no se empezaron hacer los descubrimientos más interesantes de los efectos de la toxina para uso médico. El oftalmólogo Alan Scott de la Smith-Kettlewell, Eyel Research Foundation de San Francisco, fue el primero que usó esta toxina para curar el estrabismo, el cual fue una solución menos arriesgada para curar este problema ocular.
Alan Scott creo la compañía Oculinum Inc. Para de esta forma realizar pruebas en humanos, y en 1988, la empresa Allergan Inc., compra los derechos para distribuir la toxina botulina de tipo A. se puede decir que es en el año 1989 cuando la Oculinum Inc. Consigue la autorización de la Food and Drugs Administracion, para comercializar la toxina para tratar el estrabismo y el blefaroespasmo (movimiento localizado que afecta a los parpados) asociado con la distonía. Sin embargo, se puede decir, mediante este avance, Allergan adquiere Oculinim y tras el visto bueno de la FDA, cambia el nombre de la toxina a Botox.
Poco a poco el Botox fue empleando para tratar diversas patologías y enfermedades neurológicas. En 2990, se empieza a usar como tratamiento para aliviar el torticolis espasmódico. Y en el año 2000, con una variante de la toxina tipo B, se aprueba como tratamiento de la distonía cervical, un año después, se comienza a emplear el Botox para tratar la excesiva sudoración o hiperhidrosis en Reino Unido. Hasta el 2004 no se extenderá la aprobación de este uso a otros países de Europa, como España.
El uso cosmético del Botox es aprobado en el 2002 por la FDA, con el nombre comercial de ´´Botox Cosmético´´. Pero el descubrimiento del uso estético de la toxina fue anterior. en el año 1987, por la doctora Jean Carruthers, el cual trato a una paciente con espasmos en los parpado y uso la toxina botulínica tipo A.
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